La escuela debe ser un espacio laico, es por ello que hoy compartimos con vosotras la publicación del libro ‘No en mi instituto’ de Héctor Sanchez García-Sarasa. A los 14 años comenzó su lucha por eliminar los símbolos religiosos de las aulas de su colegio. En este libro cuenta todas las acciones que realizo para lograr que su instituto fuera un espacio laico.
«A estas alturas nadie debería dudar de que democracia y laicismo van necesariamente de la mano. Ello no supone la adopción por parte de los poderes públicos de una actitud beligerante hacia las religiones sino una separación estricta entre el ámbito de “lo común”, basado en los principios compartidos por todos y todas, y el de “lo particular”, en el que cada cual puede rezar, o no, al dios que estime conveniente. En consecuencia, el sistema educativo ha de ser absolutamente respetuoso con la libertad de conciencia del alumnado y, para ello, la religión no debe penetrar en las aulas como ideario. Unas aulas que solo deberían estar impregnadas de la ética cívica sin la que una democracia está herida de muerte. Y que reclama para su continuidad y éxito el activismo político de jóvenes que, como Héctor, nos ha dado una lección práctica de cómo la pasividad ante las injusticias es una forma perversa de complicidad con quienes, en el fondo, no creen del todo en la democracia.» Octavio Salazar Benítez, Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba y miembro de la Red Feminista de Derecho Constitucional.